2/2/10

propósitos de año nuevo... O DE ... para que proponerse algo que no se va a cummplir.

febrero 2, 2010
número 50
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so this is the new year
and I have no resolutions
for self-assigned penance
for problems with easy solutions
the new year
death cab for cutie

Pues se acabó el primer mes de este 2010. Enero se fue, dicen algunos que como un suspiro. Y sirve el final de enero y el principio de febrero para hacer el primer recuento de los daños. No me refiero a que nos dejó enero, bueno o malo... sino a que podemos revisar nuestra lista de propósitos para ver que vamos cumpliendo, que cumplimos a medias y cuáles simplemente se fueron al caño, incluso antes de que llegaran los reyes magos.

Es por eso que esta actualización llega hasta ahora (oh bueno denme chance para excusas) para poder analizar el fenómeno de los propósitos de año nuevo.

Los propósitos forma parte de ese gran conjunto de rituales que tiene el final de un año y principio del otro. Rituales como usar tangas rojas para el amor, amarillas para el dinero. Salir corriendo con maletas, quesque para viajar mucho. O barrer la casa hacia afuera para ahuyentar las malas vibras. Y así, infinidad de rituales, tradiciones y supersticiones que son del dominio popular o con una historia mitológica nacida en el mercado de sonora.

Bueno, pero en lo que estabamos. Los propósitos no son supersticiones, eso es seguro. Sólo son tradiciones y rituales que con cada inicio de año se ponen en marcha. Es esa lista interminable de todo lo bueno que queremos hacer y/o todo lo malo que queremos cambiar de nuestra vida.

La lista de propósitos la hace el 95% de las personas y el 90% la abandona (no puedo brindar la fuente de los datos estadísticos por cuestiones de confidencialidad) casi siempre antes de llegar a la mitad del año. El resto tal vez si la cumple. En lo personal, todavía no conozco a nadie que haya cumplido su lista de propósitos al pie de la letra, bueno ni yo los he cumplido, cuando los he hecho.

La lista de propósitos bien podría llamarse la lista de clichès. ¿Por qué clichés? Bueno, sólo hay que ver una lista de cualquier persona común y corriente y encontraríamos casi los mismos propósitos, no sólo de año en año, sino que son casi los mismos propósitos de toda la gente. Ponerse a dieta, dejar de fumar, dejar de tomar, hacer ejercicio, aprender algo nuevo... estos son sólo unos cuantos ejemplos de propósitos clichés. Sino todos, algunos son propósitos recurrentes del 2000, 2001, 2002, etc, y los puedes encontrar en la lista de tus tíos, tus primos, tus amigos y hasta en la tuya.

Ese es uno de los principales problemas de las listas de propósitos, caemos en aquellos que son socialmente correctos, los que todos esperan que hagamos. Esos son los que anotamos primero en la lista, los que menos queremos cumplir y los que, por ende, más rápido pasan a la lista de incumplidos.

El incumplimiento de los propósitos puede darse por varias razones, pero creo que (disclaimer: conste que son teorías personales y ninguna está sustentada con estudios de mercado, investigaciones científicas en laboratorios especializados ni nada por el estilo) 2 de las razones principales son:

1. Hacerlo el 1 de enero con miras al 31 de diciembre es un plazo larguíííííííííííííísimo que sólo inyecta presión al pobre que hizo el propósito. 365 días sin hacer esto o aquello es abrumante. Y ponernos un plazo es lo que mata al propósito.

2. Los propósitos pasan a ser del conocimiento público, es decir, ahí andamos de chismosotes contándole a todo el que se nos cruza por delante lo que pensamos hacer y en teoría, cumplir. ¿Qué sucede con esto? Pues sólo ocurre que tengamos a miles de metiches a nuestro alrededor preguntándonos: ¿cómo vas? Y es cuando se presenta el deseo de abandonar. Esta renuncia es parte por falta de voluntad, pero también es para que nos dejen de estar jorobando. Es desesperante que los demás estén todos los días preguntándote por los "status" de tus propósitos, como si al haberles compartido tu lista les hubieras asignado la tarea de SUPERVISOR DE PROPOSITOS.

En cuanto al punto número uno, ponerle plazo a un propósito lo hace inalcanzable, nos hace estar pensando más en el cuándo va a terminar. Aunque haya propósitos, que en teoría, se hagan para que sean indefinidos, como DEJAR DE FUMAR, el sólo hecho de hacerlo a principio de año nos dice, inconscientemente, que el 31 terminamos. Por eso es mucho mejor no hacerlo el primer día del año, sino en el momento que realmente queremos hacerlo. Despertar un 16 de mayo y decir... HOY voy a dejar de fumar. Levantarse un 7 de marzo y decir... quiero hacer ejercicio hoy y todos los días. O un 2 de diciembre decir quiero comer saludable a partir de ahora.

Tener una fecha arbitraria ayuda a no pensar en cuando acabará. Si dices hoy empiezo el año con esto, automáticamente piensas en el fin del año. Pero si tomas la fecha arbitraria, ésta no tiene un fin por lo que no ves lo largo del camino a recorrer. El problema de esperarnos al 1 de enero del nuevo año, es que podemos hacerle al cuento de que queremos hacer algo o dejarlo de hacer. Pero en realidad sólo estamos agarrándonos de una tradición porque en realidad NO queremos dejar de hacerlo ya sea por deseo o por falta de voluntad. Si hubiera voluntad, nos despertaríamos un domingo cualquiera y dejaríamos de hacerlo.

En cuanto al segundo punto, el problema es hacer partícipe a los demás de nuestros propósitos. Como lo mencioné, con tal de que dejen de joder con el ¿cómo vas? pues uno mejor renuncia a sus propósitos. Y es que estos deberían ser totalmente nuestros de nosotros, personales y por ende, privados. Pero no, se los contamos a todo mundo, no por estar seguros de nuestros propósitos, sino para quedar bien y que se nos queden viendo con cara de "ay guuuuuuuuey!!!". Pero en realidad, es sólo para eso, para quedar bien. Si estuviéramos seguros de que queremos hacerlo y que lo vamos a lograr no necesitaríamos anunciarlo a los 4 vientos. Despertaríamos un domingo cualquiera y lo haríamos.

Y ya por último para no hacer esto muy cansado. ¿Por qué una lista de propósitos siempre está llena de propósitos cliché? ¿Por qué no ser original y llegar con una lista que valga la pena? En lugar de DEJAR DE FUMAR, ESTAR A DIETA, HACER EJERCICIO, ESTAR MENOS TIEMPO EN FACEBOOK, LLAMAR A MIS AMGIOS o similares, sería bueno encontrar una lista de propósitos que dijera:

• leer un libro al mes
• llegar temprano a trabajar
• sonreír más, aun en el tráfico
• mejorar mi ortografía
• respetar el uno y uno
• probar un nuevo alimento al mes
• arreglar más seguido los cajones

En fin, propósitos que nunca nadie se hace porque simplemente no dan tanto caché social como otros.

Y si se preguntan cuáles fueron mis propósitos para este año, sólo puedo decirles que decidí no hacer buenos propósitos para el 2010 y que sea el 2010 el que haga buenos propósitos conmigo...y que los cumpla.

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